El VAR Inmobiliario

Las expectativas eran altas: la introducción de tecnología para poder revisar jugadas conflictivas, allí donde el ojo humano no es capaz de llegar, parecía resolver el inherente conflicto cuando hay dos partes enfrentadas, con árbitro/s o no de por medio.

El ojo de halcón, con una misión específica y perfectamente acotada, la de mostrar el bote exacto de una pelota de tenis, para delimitar si entró en los límites reglamentarios del campo, ha sido tan positivo, que otros deportes han querido incorporar herramientas que eliminen el error humano.

¿Acaso la entrada de la tecnología ha eliminado a los árbitros?

¿O siquiera ha rebajado la polémica sobre decisiones humanas?

El instant replay o el VAR (video assistant referee), son de ayuda para la toma de decisiones, porque dan la opción de ver con diferentes ángulos y temporalidad, acciones que antes había que decidir al momento, tal vez sin la mejor de las perspectivas.

Cualquiera puede aprender las reglas y ver el instant replay, pero cuando hay que evaluar y juzgar, tiene que hacerlo alguien con experiencia, conocimientos y sentido común.


¿Acaso la tecnología va a eliminar la figura del asesor inmobiliario?

Nos gusta poder tener información y herramientas que ayuden en el análisis de multitud de datos; nos gusta ser autónomos para poder hacerlo por nosotros mismos y en el momento y circunstancia que nos convenga.

Estaremos de acuerdo en que, con las herramientas tecnológicas, se reducirán tiempos de tareas repetitivas y de bajo valor, pero seguirá siendo necesario una persona que esté cualificada para analizar y tomar decisiones importantes.

La suma de inteligencia artificial y big data, no son suficientes para dar un valor perfecto a una propiedad inmobiliaria. Partiendo de que el algoritmo, por muchos datos que contenga, debe ser ponderado por razonamientos y sentimientos humanos, para ofrecer resultados relevantes.

Si bien los primeros pasos los podemos dar solitos, llega un momento en el que empieza a haber demasiadas variables y circunstancias, como para manejar todo con nuestro -limitado- tiempo.

¿Tenemos claro lo que no queremos?

Ninguno queremos tomar malas decisiones, aunque tengamos delante todas las evidencias que parecen ser necesarias.

Ninguno queremos perder el tiempo, no avanzar, no ir a ninguna parte.

Ninguno queremos que un proceso, novedoso para nosotros, se convierta en un germen de preocupaciones.

Entonces, no parece razonable enzarzarnos en un camino desconocido, del que un posible ahorro por la no contratación de servicios profesionales, se convertirá en un mayor coste, no solamente económico.

El error humano

Errar es un defecto humano; nos equivocamos, más de una vez seguro.

Pero justamente es lo que nos hace diferentes, lo que nos permite aprender, evolucionar, adaptarnos.

En un acto tan emocional como la compraventa inmobiliaria, en especial cuando el inmueble se convierte en el hogar, no osemos depender de inteligencia artificial para eliminar errores.

Las herramientas nos ayudaran a saltarnos pequeños errores habituales. Errores en todo caso reversibles.

Pero las decisiones importantes, no se toman en función del resultado de un algoritmo; el error puede aparecer, pero será menos probable cuando intervienen personas especializadas que saben lo que hacen y saben como tratar a otras personas.

Simbiosis tecnología – especialista

Es muy fácil hacer unas fotos a una vivienda, recopilar unos datos básicos y publicar la información en Internet.

Es muy accesible la oferta inmobiliaria para quien esté buscando opciones de compra o alquiler en el mercado.

Sin embargo, ambos procesos, de venta y de compra, son complejos tras esas primeras etapas. Y de hacerlo, a hacerlo bien, hay mucha diferencia.

La gestión de las visitas no consiste solo en programarlas en el calendario, ni en poner un video, tour virtual, decoración virtual o video presentación virtual.

Las dudas durante el proceso no serán solo sobre cómo determinar el precio. Aparecerán cuestiones sobre trámites administrativos, las obligaciones (certificado energético, cédula de habitabilidad), auditorías, los costes de la compraventa, los impuestos, las repercusiones fiscales, reclamaciones,…

Esas dudas y problemas, se pueden resolver, pero la manera correcta es dejándolo en manos de personas que se dedican a resolver esas cuestiones a diario, que tienen herramientas concretas y que las conocen como para conseguir un resultado satisfactorio.

Intentar hacerlo todo por uno mismo, es dedicar mucho más tiempo y recursos, a aprender cuestiones relacionadas con un proceso que seguramente, no se volverá a realizar en varios años (o nunca más).

El profesional inmobiliario, así como el profesional de cada actividad, dispone ahora de herramientas aque agilizan su labor diaria, atajos para realizar más actividades de una forma sistemática, dejando más tiempo para atender a las personas.

Pero las personas, aunque nos guste jugar con la tecnología y hacer cosas por nuestra cuenta, lo que queremos es que alguien nos ayude y no aporte soluciones cuando tenemos problemas y no sabemos manejar los instrumentos apropiados.

La tecnología es un gran aliado para potenciar aquello que una máquina no es capaz de hacer.

César Villasante

Artículos sobre Marketing y Tecnología Inmobiliaria

No Responses