Second Life y el sector inmobiliario

Leo la noticia Grupo Lar abre oficina virtual en Second Life , sobre la apertura de una oficina comercial virtual en Novatierra.

Este tipo de acciones van más dirigidas a obtener repercusión mediática que a una intención firme de atención al cliente y de generar negocio.

casas en second life

Casas decoradas en Second Life

En palabras de su Director de Marketing: “Para dar mejor servicio a nuestros clientes, en Grupo Lar consideramos que tenemos que estar en todas partes y, especialmente en las nuevas tecnologías en las que confiamos mucho. Nuestros clientes muestran su interés por estos nuevos canales de ventas y esta herramienta nos permite acercarnos más a ellos”

Esto me hace recuperar un artículo de de Carmelo J. Pérez Su Vivienda del 6/7/07, sobre las compañías promotoras, que ven en Second Life un nuevo canal de venta de sus propiedades:

Más de siete millones de personas de todo el mundo, el 3% de ellas de nacionalidad española, han decidido ya darse una segunda oportunidad a sí mismos en este mundo virtual en tres dimensiones con características altamente adictivas.

Además de los propósitos meramente lúdicos por los que se conectan la mayoría de los usuarios, con timidez van despuntando en esta vida paralela nuevas oportunidades de negocio para las empresas tradicionales.

El sector inmobiliario, con una significativa presencia en el juego a través de las ventas de terreno virtual, se cuestiona ya la posibilidad de irrumpir en Second Life trasladando el negocio tradicional a este nuevo escenario.

Las iniciativas serias, hoy por hoy, son escasas, pero las grandes inmobiliarias confiesan que están atentas al fenómeno por si se convierte en un nuevo canal de ventas en el que ofrecer sus promociones. Uno de logros del juego reside en su sencillez, tanto para usuarios particulares como para los empresarios interesados en consolidar su presencia en la red.

¿Qué para qué sirve en la práctica Second Life (SL)? Para interactuar, de conocerse, de compartir experiencias en los miles de espacios creados por la empresa propietaria.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el aumento casi exponencial de visitantes, los ojos de sus creadores se han hecho sensibles al posible negocio que puede encerrar la aventura.

En la actualidad, aunque se mantiene la suscripción gratuita, es preciso desembolsar algunos euros mensuales para tener acceso a varias de las posibilidades del juego, tales como ser el propietario de algunas posesiones o participar de ciertas actividades.

Terrenos en el ciberespacio

Los pagos se realizan en la moneda propia de este mundo virtual, el ‘linden’ dólar (L$). El cambio aproximado, que fluctúa según las necesidades del mercado, es de un ‘linden’ dólar por cada 364 euros.

Lo más curioso desde el punto de vista empresarial es que, incomprensiblemente para algunos, hay muchos jugadores dispuestos a ingresar semejantes cantidades en moneda real con tal de hacerse, por ejemplo, con un terreno en el ciberespacio en el que construir su casa, abrir una oficina de ventas o ubicar su negocio.

De momento, pocas han apostado con decisión por invertir grandes cantidades para estar presentes. La pregunta de partida es sencilla: ¿Existe una posibilidad de negocio real en Second Life más allá de las necesidades internas de este ‘metaverso’ (universo paralelo)?

De entrada, y para cubrir los requerimientos de los jugadores, son muchos los que ofrecen sus servicios sobre el terreno para, por ejemplo, vender cambios en el aspecto personal de los ‘avatares’, mejorar la casa virtual, comprar escenarios más elaborados, diseñar oficinas… Todo en el terreno del ciberespacio y desarrollado por la programación informática.

No obstante, no faltan ya personas que han comprado sus oficinas virtuales y ofrecen productos del mundo real a quienes se pasan por ellas o, lo que es más habitual, simplemente mantienen la presencia de su marca con fines publicitarios y de imagen. La multinacional CocaCola, por ejemplo, ha decidido colocar sus máquinas expendedoras en SL y, ante la imposibilidad de distribuir de forma real la ‘chispa de la vida’, en su lugar, vende sensaciones, emociones creadas por ordenador al alcance de los habitantes del mundo virtual.

Es también el caso de las inmobiliarias. El negocio del ladrillo informático existe.

No pocos avatares han comprado espacio en el universo paralelo y ahora lo venden a un precio superior que ha de pagarse con dinero real. Es conocido el caso de la empresaria china Anshe Chung, dedicada al negocio de comprar parcelas virtuales a bajo precio, construir en ellas hoteles, apartamentos o mansiones, y después vender o alquilar. Ha facturado más de 250.000 dólares americanos de los de verdad.

Sin embargo, quienes se dedican al negocio inmobiliario en su acepción más tradicional, con inmuebles reales, se plantean si es factible vender en SL algo más que un conjunto de ‘megas’ en forma de edificio o de isla.

La incógnita para las grandes empresas del sector es si resulta rentable dedicar recursos materiales y personales a una aventura cibernética de futuro incierto.

César Villasante