Número de "Me gusta", fans, personas hablando de tu contenido, seguidores, menciones, … pueden verse como cifras o como personas que han reaccionado a tu contenido.
De esas personas, algunas coincidirán con tu público objetivo y de ellas a unas cuantas les gustará tanto como para considerarte una persona relevante, interesante y/o experta.
Una cifra puede significar mucho o poco, es algo subjetivo.
En el internet 1.0, siempre hubo muchas impresiones y escasas conversiones.
En la red social, hay mucho contenido compartido y poco retenido.
El caso es que después de poner en marcha una meditada estrategia de comunicación online, de difundir artículos y noticias relevantes para el público objetivo que has definido y segmentado con tanto detalle, llega el momento de comprobar el resultado mediante gráficas y datos.
Y ese resultado suele ser desalentador. El esfuerzo no suele verse recompensado con lo más valioso para quien comparte, que es ser compartido.
Un vistazo a las estadísticas de la repercusión de nuestra actividad en el blog, Facebook o Twitter, puede desmolarizar; con toda seguridad si los objetivos no se establecieron con objetividad, las expectativas también superen la realidad.
Estadísticas resumidas de Facebook Insights
Datos sobre alcance, interacciones, conversaciones y difusión de publicaciones en páginas de Facebook
Estos datos hay que tomarlos con cautela. Puede que si a un sólo usuario le parezca relevante tu comunicación, merezca la pena toda esa actividad generada siguiendo la estrategia de marketing en social media.
Si has definido con sentido común tus objetivos,sin son realistas y adecuados a tus recursos, es cuestión de tiempo alcanzarlos. El cortoplacismo no sirve para acciones de social media, salvo que tengas un gran presupuesto o una marca personal altamente reconocida fuera del entorno digital.
Gráfica que muestra la evolución del crecimiento de seguidores en Twitter
La receta sigue siendo constancia, persistencia y paciencia. Sigue firme con tu política editorial de ser generoso, de compartir información y experiencias, de hacerlo porque te gusta, aunque te cueste tiempo.
Esa siembra contínua generará contactos de valor, cimentados en una alimentación constante de contenidos y conocimiento que terminarán por desequilibrar la balanza a tu favor, mejorando tu posicionamiento y reputación.
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